"Lo que siento al leer un libro motivador en mis momentos libres"
Hay algo profundamente reconfortante en abrir un libro que inspira, justo cuando el alma más lo necesita. Es como si cada palabra estuviera escrita especialmente para mí, como si el autor, desde otro tiempo y lugar, supiera exactamente lo que necesito escuchar.
En esos momentos tranquilos, cuando el mundo se queda en silencio y solo quedan mis pensamientos y esas páginas llenas de esperanza, siento que todo es posible. Cada frase me levanta, cada historia me recuerda que incluso en los días más oscuros, siempre hay una luz que espera ser encontrada.
Leer un libro así no solo llena mi mente… llena mi espíritu. Me hace soñar más grande, pensar más profundo, y creer con más fuerza en lo que soy capaz de lograr. Es como una conversación íntima con la parte más valiente de mí, esa que a veces olvido, pero que nunca deja de estar ahí.
Y al cerrar el libro, no soy la misma persona que lo abrió. Soy un poco más fuerte, un poco más despierta, un poco más yo.
"La luna y su forma de enseñarnos a brillar"
La luna es un poema en el cielo, un recordatorio constante de que la belleza no siempre necesita ruido ni aplausos. A veces, basta con estar… y brillar.
La luna es hermosa en todas sus fases. Llena, nos deslumbra; creciente, nos inspira; menguante, nos abraza con su calma; nueva, nos enseña que incluso en la oscuridad más profunda, sigue existiendo la promesa de volver a brillar.Y lo más admirable… es que ella brilla sola.
Sin importar si la noche está nublada, si nadie la mira, si no está completa: la luna nunca deja de ser ella misma. Nunca deja de iluminar el cielo. Y eso, también es una forma de amor propio.
Nos enseña que no necesitamos estar en nuestra “mejor versión” para ser valiosos. Que incluso cuando sentimos que no somos suficientes, seguimos teniendo luz. Que es válido tener días oscuros, momentos en los que parezca que estamos desapareciendo… porque siempre volveremos a crecer. Como ella.
Así es la luna: solitaria pero fuerte, silenciosa pero poderosa, cambiante pero constante.
Y tú también puedes ser así. Hermoso en todas tus fases. Capaz de brillar, incluso cuando el mundo no lo nota. Porque como la luna, tu luz nunca deja de estar ahí… solo necesita espacio para volver a brillar.
Me encanta
ResponderBorrar