"Bajo la lluvia de los otros"
A veces, cuando sueñas con volar,
hay voces que caen como lluvia fría.
Te dicen que no puedes, que es tarde,
que soñar es un lujo… que no es para ti.
Y poco a poco, esas gotas ajenas
empapan tus alas antes de despegar.
Pero escucha bien:
la lluvia no solo moja… también hace crecer.
cada gesto que apagó tu ilusión,
es solo parte del clima…
pero tu fuerza es el sol que vendrá después.Y sin embargo, te fuiste.
Sin darme tiempo a cerrar el puño, te llevaste todo… menos el amor. Ese se quedó conmigo, como un suspiro atrapado en el pecho.
No dejes que las tormentas de otros
apaguen el fuego que arde en ti.
Estudiar, soñar, crear, avanzar…
no es una locura.
Es valentía.
Y si hoy caminas bajo la lluvia,
hazlo con la frente en alto.
Porque un día,
esa misma lluvia que parecía detenerte
será el recuerdo del terreno que ayudó a florecerte.
"Aún con el amor en las manos"
Me enamoré de ti sin pensarlo, como se cae una hoja en otoño: lenta, suave, inevitable. No fue solo tu forma de hablar o cómo reías de mis tonterías. Fueron esos pequeños detalles —los dibujitos que me mandabas, esas imágenes llenas de color que decían más que mil palabras— lo que me hicieron sentir que, por fin, alguien me veía de verdad.
A veces, cuando vuelvo a ver esas imágenes, cuando descubro uno de esos dibujos que solías enviarme, algo dentro de mí se rompe y se reconstruye al mismo tiempo. Vuelvo a reír con tus ocurrencias, a sentirme segura con tus palabras, a amarte como si nunca te hubieras ido.
Porque lo que vivimos no se borra. Lo bueno, lo verdadero, deja huellas suaves pero profundas.
Y sí… aún te amo.
A pesar del vacío.
A pesar de los silencios.
Pero he aprendido algo: el amor no siempre necesita quedarse para haber valido la pena. A veces, amar también es saber soltar sin perder la dulzura de lo vivido.
Y aunque tú ya no estés, yo sigo.
Sigo con el corazón lleno, con la esperanza de que, un día, la vida me devuelva ese amor —ya sea contigo o en otro rostro que me mire como tú lo hiciste alguna vez.
Porque al final, lo bonito no se olvida.
Solo se transforma… en fuerza, en recuerdo, en poesía.
uff
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